Experiencias, sensaciones, alegrías, tristezas, todo lo que pasa por la mente del viajero quedará grabado en nuestra memoria para siempre. Dos almas que se juntan para vivir la aventura de la vida
24 de agosto de 2014
Srinagar
Llegamos de
noche a Srinagar y después de tantas horas en la carretera estamos muy cansados.
Nuestro conductor nos deja a las afueras
de la ciudad ya que los camiones no pueden transitar por el centro, desde allí
tomamos un ato que nos deja en el Lago Dal. No tenemos muy claro si queremos dormir en un guesthouse o
en un houseboat, pero suponemos que la segunda opción será más cara. En el
paseo del lago el propietario de un houseboat nos ofrece el suyo por cuatrocientas
rupias y tras unos minutos de dudas nos montamos en una canoa que nos llevará
hasta su houseboat.
A la mañana
siguiente todo recobra vida y color. Lo que ayer eran sombras y formas difusas,
hoy se ha convertido en un precioso lago rodeado de montañas.
La vida
transcurre lentamente en el lago y cientos de aves vuelan de un lugar a otro.
Es realmente bonito y la paz que se vive en el lago nos hace olvidar que
estemos en una ciudad de un millón de habitantes.
Aunque es
temporada alta son pocos los turistas que se aventuran a llegar a Srinagar y la verdad no sabemos muy
bien por qué. Quizás hace unos años era justificado pero en la actualidad la
ciudad respira un ambiente de calma.
Cierto es que hay mucha presencia militar para evitar cualquier intento de revuelta musulmana.
Paseando por
la calle notamos la curiosidad que despertamos ante los locales. Muchos se
acercan a nosotros para explicarnos la situación de esta región, el descontento
con el gobierno indio, la militarización de la ciudad y la represión que viven
al no poder practicar libremente su redención por Alá. A nosotros también nos
despierta mucha curiosidad esta situación y aprovechamos la ocasión para conocer
más la problemática de Kachemira y aclarar muchas de nuestras dudas al
respecto. Un grupo de estudiantes de unversidad
se acerca atraído por nuestra presencia, quieren hablar y nosotros aceptamos
encantados la invitación. Pasamos varias horas sentados en un parque hablando sobre la situación de
Kashmir, sobre el islam, sobre algunas de sus costumbres como el velo y el burka y sobre
miles de curiosidades que despiertan también en ellos nuestra cultura y forma
de vida.
Casi la
totalidad de la población de Kashmir no quiere ser ni india ni pakistaní, simplemente
defienden un estado libre e independiente. Todos sus habitantes se muestran con
nosotros muy agradables y cordiales, quieren eliminar la imagen de rechazo que
muchos extranjeros tienen hacia todo lo musulmán.
Al día siguiente alquilamos una sikara (bote de remos) para ir a visitar el mercado flotante de frutas y verduras. Hay que levantarse a la cinco de la madrugada para llegar a tiempo de ver como los comerciantes locales negocian e intercambian sus mercancías en sus barcas. Es un mercado bastante auténtico. La mayoría de las barcas son de locales que vendes sus verduras aunque hay algún turista.
Hemos
decidido alquilar la sikara medio día para explorar el verdadero corazón del
lago Dal. Decenas de pequeños canales se abren paso desde la parte más ancha
del lago. Entre estrechos canales llenos de vegetación y de flores de loto
vamos descubriendo la auténtica vida del lago. Es una maravilla disfrutar del
silencio, sólo se oye el sonido de los remos metiéndose bajo el agua de algún remero y los
pájaros que vuelan libremente de aquí para allá.
De vuelta vemos la gran cantidad de houseboat que hay. Algunos son palacios flotantes con madera tallada en todo el casco.
Pero
Srinagar no es sólo su lago, la zona antigua también merece una visita y recorrer
sus callejuelas laberínticas y visitar sus múltiples mezquitas es aprender un
poco más sobre su religión y cultura. La mezquita sufí destaca entre todas por sus bonitas
pinturas dentro y fuera del templo. También es recomendable visitar la Jama Masjid, pero no en viernes
que desgraciadamente se ha convertido en el día de los altercados entre
militares indios y musulmanes radicales.
En una ciudad tan musulmana sorprende saber que aquí esté la tumba del mismísimo Jesús. En una pequeña callejuela un discreto templo muestra en su interior la tumba. No se puede entrar en su interior y hacer fotos está totalmente prohibido, sólo una tupida celosía deja entrever la tumba de la figura más importante para los cristianos. Ante nuestra mirada atónita, una mujer con burka reza ante la tumba de Jesús. Los musulmanes tratan con gran respeto a Jesús, pues lo consideran un profeta de Alá. Nos cuesta pensar que Jesús muriera aquí y que sus restos descansen en esta pequeña mezquita, pero es parte de “la otra historia” sobre Jesús.
Abandonamos
Srinagrar con la sensación de habernos acercado un poco más a la problemática
sociopolítica-religiosa de este maravilloso lugar del mundo, donde la mayoría
de su población sólo quiere vivir en paz.
Etiquetas:
India
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Eres una verdadera aventurera .Pocas chicas se embarcan en tan arriesgadas aventuras y sumamente peligrosas..Un beso con mi admiracion.Estrella del Mar.
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