Experiencias, sensaciones, alegrías, tristezas, todo lo que pasa por la mente del viajero quedará grabado en nuestra memoria para siempre. Dos almas que se juntan para vivir la aventura de la vida
14 de enero de 2011
Pai
A medida que el bus se va acercando a Pai, nos vamos encontrando con un verde valle precioso rodeado de montañas que nos recuerda a los valles de los Pirineos, pero en sus montañas, en lugar de pinos o abetos hay una densa selva.
Al llegar a Pai, no nos creemos lo que estamos viendo. Uno se piensa que con un paisaje como este, Pai debe ser una pequeña aldea rural con locales cultivando arrozales y algún que otro guesthouse. Posiblemente esto solo lo piense yo, pues seguramente quien llegue hasta aquí haya recopilado mucha más información de la que tenemos nosotros.
Pero nos gusta descubrir los lugares sin saber apenas nada sobre ellos. Hoy en día por internet podemos saber todo sobre un lugar sin haber llegado a él, pero no entendemos cual es la gracia de viajar así. Cabe mencionar que a estas alturas del viaje la Lonely plantet de “El sureste asiáticos para mochileros” la estamos usando de papel higiénico. Cada vez dudo más de la “neutralidad” y las fuentes de ingreso de esta guía que parece más un folleto publicitario de guesthouses y restaurantes.
Hace poco Pai era un pequeño y tranquilo pueblo habitado por la etnia Shan, muy influenciada por la cultura Birmana, hasta que en los años sesenta lo encontraron los primeros hippies que visitaban el norte. En la actualidad se encuentra en un periodo de desarrollo debido al turismo Es un lugar muy conocido por los mochileros pues tiene todo lo que estos van buscando: atmósfera tranquila, cientos de alojamientos baratos y multitud de tiendas, restaurantes y bares donde tomarse una cerveza con música en directo.
Nosotros tras la primera impresión nos disponemos a buscar alojamiento un poco apartados de las calles más animadas. Al otro lado del rio Pai cruzando por un puente de bambú encontramos una cabaña bonita y aislada. A pocos metros de él pasa el rio de fondo de piedras redondeadas. Hay un área común donde por la noche encienden una fogata y hamacas para recostarse y dejar pasar el tiempo. Realmente el sitio es precioso y cruzando el rio tienes toda la oferta de ocio que quieras.
Lo primero que hace aquí la gente es alquilar una moto e irse a explorar los alrededores. Nosotros preferimos dejarlo para Mae Hong Son y nos hacemos un treking hasta unas cascadas. Dejamos abajo el valle y nos adentramos en la montaña por la densidad de la selva. El camino se pierde de tantas veces como cruza el arroyo, por lo que acabamos metiendo las botas en el agua y subimos por en medio. A medida que subimos las montañas se cierran hasta convertirse en un barranco por el cual se nos hace imposible continuar por lo que nos damos la vuelta.
Etiquetas:
Tailandia
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Vas disfrazada pero se que es (chulin y el
ResponderEliminarcantante jamaicano).
Un abrazo.
M M
YENI.
ResponderEliminarVeo que estas feliz en ese tu recien
descubierto Pirineo , descalza en la puerta
de la cabaña y rodeada de naturaleza, como
siempre te gusta.
(BARBI DE LOS PIRINEOS)