25 de abril de 2011

El delta del Mekong


Llegar a Vietnam nos hace especial ilusión. Primero porque es un país mítico para occidente, tan alejado de Europa o América como cualquier otro de Asia pero mucho más nombrado que cualquiera de sus vecinos y tantas veces usado en películas por la guerra contra EEUU.

Su historia más antigua también viene marcada por la resistencia a los ataques de los Imperios khmer, mongol y chino y más recientemente por Japón y Francia. Precisamente la conquista de Saigón y la imposición de un protectorado francés fue el inicio de la separación del país en dos Vietnam del Norte y del Sur. Cuando en 1965 el ejército del norte decidió invadir el sur, llegaron las tropas de EEUU a las que se unieron soldados de Corea del Sur, Tailandia, Australia y Nueva Zelanda. La guerra terminó en 1973. La reunificación de Vietnam por parte de los comunistas puso fin a un siglo de dominio colonial.

La actualidad política y económica también nos resulta interesante. El partido comunista sigue en el poder, intentando mantener el control de la pujante economía capitalista. Hay libertad pero quien se muestre crítico con el gobierno es encarcelado. Los movimiento pro-democráticos son perseguidos, pero los inversores extranjeros han puesto el ojo en un país con 90 millones de habitantes que se precipitan incondicionalmente hacia el futuro.



Dejamos el golfo de Tailandia para adentrarnos en la costa del mar de la China Meridional

Desde su nacimiento, en una pequeña fuente en el altiplano tibetano, el Mekong (“ Madre de todas las aguas”) serpentea por China, Myanmar, Laos, Tailandia y Camboya, hasta desembocar, después de 4.500 km, en uno de los deltas más grandes del mundo, en el mar de la China Meridional, en el sur de Vietnam;


El río de los “Nueve Dragones” (así es llamado en Vietnam por los nueve grandes brazos en los que se divide), regala vida allá por donde pasa, regando e inundando los arrozales, dieta básica de millones de personas, en una rueda de la vida que lleva siglos girando. Además ha sido y es una autovía de transporte fluvial desde China hasta el océano Pacífico. Más de 70 millones de personas  pueblan su cuenca. Son tantas las ciudades que han crecido a la ribera del rio y por las que nosotros hemos pasado, Luang Prabang, Vientian, Pakse, Phnom Penh, que sentimos que ha sido un gran compañero de viaje del que en breve tendremos que despedirnos.


El Delta del Mekong, antaño parte del gran imperio Khmer, conocido hoy en día como Camboya, fue la última parte de Vietnam actual en ser anexionada. Se divide en dos brazos principales y hoy es una zona prolifera donde los antiguos pequeños pueblos de la rivera se han convertido en grandes urbes aunque sin renunciar a su esencia. 



Las ciudades que visitamos en el delta son: Ha Tieng, Rach Gia, Can Tho y Vinh Long.

Can Tho, donde llega algo más de turismo, es una ciudad agradable con un paseo junto al rio.
Por la tarde nos dedicamos a negociar un bote que nos lleve a la mañana siguiente a visitar dos mercados flotantes.
A las 5,30 de la mañana, antes de que amanezca ya estamos en el bote. A tan sólo seis kilómetros está el primer mercado flotante llamado Cai Rang. Tenemos la sensación que es un mercado mayorista donde grandes barcas cargadas de fruta (piñas, sandias, jack fruit, bananas, etc) venden a otras más pequeñas que son a su vez las que venden en los mercados.


Una hora más tarde llegamos al mercado flotante de Phuong Dien, más pequeño pero muy bonito y autentico, al igual que en el otro mercado la gente intercambiando desde sus botes de madera; que se chocan unos con otros amontonados.



 
Continuamos adentrándonos en canales más estrechos y rodeados de más vegetación, recordándonos a
los Backwaters de Kerala.




Al alejarnos de la ciudad y adentrarnos en los canales, nos damos cuenta que lo realmente interesante del Delta se encuentra  fuera de las ciudades. Cientos de canales se cruzan para formar una red inmensa donde la gente vive, pesca y cultiva. La vegetación es exuberante y la tierra es tan fértil que frutas tropicales deliciosas caen de todos los arboles que crecen salvajes. Jackfruit, durian, mangos, lichis, rambután, fruta del dragón y un innumerable más…


Cuando dejamos Can Tho nos dirigimos a Vinh Long. Todas estas ciudades las estamos visitando sin mapa ni guía, así que al bajarnos en la estación nos disponemos a ir andando al centro (luego nos enteraremos que hay unos 10 km de paseo). Cuando llevamos unos cientos de metros nos paramos a tomar una sopa. (haremos un post aparte sobre la “maravillosa” gastronomía Vietnamita).
Al rato se para una mujer en moto y nos ofrece su casa en una de las islas que se forman en el Mekong. Después de negociar un buen precio nos vamos con dos motos para allá.


Para llegar tenemos que cruzar el rio con un ferri lleno de motos.


La casa está muy bien, es de madera y está junto a un canal. Lo primero que hacemos es echarnos una buena siesta en las hamacas. Más tarde cogemos unas bicis que tienen y nos recorremos la isla cruzando los canales y comiendo toda la fruta que encontramos en los arboles.
En la casa hay un niño pequeño, nos ha cogido cariño y se sube a dormir con nosotros en la hamaca.  Jugamos con él y a la hora de la merienda la madre le dá un paquete de galletas que risas y el niñoque no se entera acabamos comiéndonoslas nosotros. 



Con todos estos sitios visitados damos por terminado el Delta del Mekong. Mañana iremos hacia Ciudad de Ho Chi Minh (Saigon).

3 comentarios:

  1. Al rico mango ,piña,sandias y bananas.
    Quien lo pillara y acompañada de tan
    buenisimos mochileros por el mundo.

    Yenisei y Antonio. Besos, Rosa de los vientos.

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  2. ¿Pero cómo le haceis eso al niño?.
    Menos mal que se cómo os comportais y
    compensariais al niño.
    Disfrutad y ser felices,os lo mereceis
    aventureros. Un abrazo, Edelweiss.

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  3. Bosnios!El pobre niño muerto de hambre, de ti me lo podía esperar, pero de Yeni que se habra criado con gente normal, no como nosotros...
    Así te mira el niño, claro, esperando que le devuelvas el juguete.

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