5 de abril de 2011

Ko Chang - Ko Maak


Pues no hemos errado en nuestras previsiones: llevamos ocho días en este paraíso y si pudiéramos nos quedaríamos toda la vida.
Los últimos días han transcurrido tranquilos. La Lonely Beach no hace honor a su nombre y siendo el principal punto de backpackers, al llegar la noche party por aquí party por allá en los chiringuitos playeros. La música resultaba bastante excesiva, eso sí, en todas las partys “big bbq free”: barbacoa con riquísimos pinchos de pollo con tomate y piña a gogo. La primera noche creo que me comí más de quince pinchos.

Pero el cuerpo nos pedía más tranquilidad y nos hemos cambiado de zona avanzando hacia el sur dirección Bang Bao. 




Lo hacemos andando. Aquí la carretera  desconoce la horizontalidad. Desnivel del 30% por aquí, desnivel del 40% por allí, subidas y bajadas. Ko Chang es una isla llena de montañas en las que parece imposible adentrarse. El hecho de que en una isla cuyo lado más largo apenas llega a 30 kilómetros tenga ríos y cascadas puede dar una idea de lo que se cuece en su selvático interior.
Cerca de Bang Bao hay una buena zona de arrecifes para hacer snorkeling, con coral y peces preciosos. Nos pasamos toda la mañana buceando, parece que estemos dentro de un acuario.

Al otro lado de Bang Bao hay dos bonitas playas una con dos chiringuitos auténticos con reggae y hamacas para ver el atardecer.


Encontramos un guesthouse, el Hippy Hut, por 150 bth, pero después de una tormenta de media tarde, donde en una hora cae el diluvio universal, el bungalow que nos dan empieza a tener goteras. El dueño, un rastafari de los auténticos, muy buena gente, nos arregla otra choza para dormir.

Desde Ko Chang es casi obligatorio conocer alguna de las 52 islas del archipiélago. Las más populares se encuentran al sur de Ko Chang: Ko Kut, Ko Maak y Ko Wai están bien conectadas desde Ban Bao. Así que al día siguiente cambiamos de isla, nos vamos a Ko Maak, una pequeña isla preciosa a dos horas en barco de Ko Chang. Esta isla es diferente, menos abrupta y con más palmeras y menos selva, pero tiene unas playas espectaculares.

Paz y soledad y la posibilidad de zambullirse o bucear con tubo entre algunos arrecifes de coral.








1 comentario:

  1. Con cariño, para dos viajeros:

    Tarzan y la mona Chita.
    Pero que bien os lo montais puñeteros.
    Me parece que tardareis en regresar,
    y no os olvideis de ser felices.

    Bel.

    ResponderEliminar