11 de mayo de 2011

Isla de Cat Ba- Bahía de Halong


Un bus local nos lleva de Ninh Binh a Haipong (60.000 VND*). En la estación de autobuses presenciamos una disputa entre dos propietarias de puestos de refrescos. La gente es agresiva entre ellos. No paramos de preguntarnos porque tienen este carácter, tan diferente al del resto del sureste asiático. Quizás su proximidad a China y el estar copiando su modelo hace que también copien su carácter. Quizás sea su reciente pasado belicoso. Hay quien dice que el haber echado a los franceses y haber ganado la guerra a los mismísimos Estados Unidos les ha subido el ego y convertido en unos prepotentes.

Sea el motivo que sea, el carácter de esta gente es poco agradable y provoca que muchos viajeros independientes reduzcan su estancia prevista en Vietnam para ir a países más tranquilos como Laos o Camboya.

Al llegar a Haipong nos dirigimos directamente al embarcadero para coger el último bote que sale hacia la isla de Cat Ba (130.000 VND)*.

La mitad de la isla fue declarada parque Nacional en 1986. Alrededor se encuentra Lan Ha bay, un laberinto de más de 3000 islotes que emergen de las tranquilas aguas esmeralda del Golfo de Tonkin como colmillos de un dragon. Las islas de rocas verticales de limestone tienen playas y cuevas de todos los tamaños. Ha Long, significa “donde los dragones se sumergen en el mar”. Lo de los dragones puede ser leyenda, pero los marineros de estas islas han avistado varias veces una misteriosa criatura marina de enormes proporciones conocida como Tarasque. Los militares más paranoicos, sospechan que es un tipo de submarino de algún ejército imperialista.




Halong Bay es  un espectáculo único en el mundo, un lugar increíble. Kilómetros y kilómetros de mar salpicados por islas, por peñascos de pura roca caliza, de abruptas formaciones kársticas coronadas por una espesa y exuberante vegetación selvática. Es un lugar sacado del imaginario de un cuento de piratas, un laberinto de agua y roca, un capricho de rincones sobrecogedores y cuevas escondidas.



La UNESCO ha declarado este legendario paisaje patrimonio natural de la humanidad. Por una superficie aproximada de unos 1500 kilómetros cuadrados se reparten miles de conos cársticos, tan verticales que en ellos no hay espacio para las cabañas de los pescadores; por eso viven en balsas, en los famosos pueblos flotantes de Halong. Tienen de todo: perros, pequeños huertos  en grandes cestos de bambú. Hasta hay una escuela flotante y una sucursal bancaria en un mini-junco con ventanillas de caja.


Nuestro primer día en la isla de Cat Ba transcurre tranquilo, y dando un pequeño paseo vamos hasta las playas de Cat Ba1, Cat Ba2 y Cat Ba3 para relajarnos y darnos un bañito en sus aguas.


Cat Ba parece una isla tranquila, con un ambiente más amigable y pacifico, quizás al ser una isla se ha visto más aislada y no se ha contagiado de la mala leche vietnamita, así que decidimos quedarnos cuatro días para desconectar del mundo.

Nuestro segundo día comienza casi al amanecer, y a las seis de la mañana ya estamos preparados para un largo día que nos llevara a hacer un treking de más de 25 km por el parque nacional de Cat Ba. En el paseo del puerto cogemos un autobús que nos deja cerca de la entrada del Parque. Es temprano y ni siquiera han abierto las taquillas, así que nos ahorramos la entrada. 

El paisaje es precioso y nuestra vista no alcanza a ver todas las verdes montanas que nos rodean. Iniciamos el treking por un sendero marcado que esperamos no se complique y podamos terminar sin problemas, en pocos minutos nos vemos caminando por un estrecho camino cuesta arriba en mitad de la jungla, la vegetación es muy densa y la humedad muy alta, pero esporádicas indicaciones nos ayudan a saber que vamos por el camino correcto. Nuestra idea es llegar hasta el pueblo de Viet Hai y de allí al embarcadero para coger un bote que nos lleve hasta Ben Beo, a tan solo dos km de Cat Ba.
El calor es sofocante, pero el paisaje merece la pena.


Tras cuatro horas caminando, llegamos antes de lo previsto a Viet Hai village y decidimos subir al Navy Peak, una de las montanas más altas de la isla que se identifica porque tiene un repetidor en la cumbre. El sendero sale cerca de la primera casa del pueblo y tras una fuerte subida a un ritmo de vértigo en un tiempo record, llegamos a la cima. Nuestros ojos no pueden creer lo que vemos, un paisaje de ensueño, sin duda una de las maravillas del mundo, uno de los lugares más bellos de la tierra. 


Desde aquí, se unen la bahía de Lan Ha y la de Halon, y miles de islas repletas de vegetación, irrumpen sobre un mar azul turquesa, formando canales y lagos. Nuestra subida ha merecido la pena, es una imagen muy diferente a la que se tiene desde tierra o desde el mar, y sin duda una de las más bellas, tanto que parece irreal. No tenemos mucho tiempo, y disfrutando tan solo unos minutos, bajamos a toda prisa para ver si podemos encontrar algún barco que nos lleve hasta Ben Beo.
Desde Viet Hai village, tomamos un camino hasta el puerto, tras varios km caminando con un calor de muerte, no encontramos nada, ni rastro del embarcadero, empezamos a tener dudas sobre si es el camino correcto y sobre si encontraremos algún barco. Justo cuando íbamos a dar la vuelta de nuevo hacia el pueblo, se abre ante nuestros ojos un precioso lago, y pensamos que debe de tener salida al mar y que probablemente el embarcadero este cerca. 


Son las 15h y ya empezamos a pensar que quizás deberemos dormir en el pueblo, porque seguramente no habrá ya a estas horas ningún barco que nos acerque, pero de repente en el lago aparece un pequeño bote y al final del lago por fin el embarcadero, empezamos a gritarle: "Ben Beo, Ben Beo", pues es nuestra única opción porque no hay nadie más por lo menos a seis km hasta el pueblo. El hombrecillo de la barca se gira y dice no, no, y pienso mierda, porque no, es el único barco, nos tiene que llevar, aunque claro está tampoco a cualquier precio. Yo le sigo gritando, hasta que se acerca al embarcadero y entonces milagro, dice ok Ben Beo. Tras negociar con él, nos lleva por un precio razonable dentro de la situación (200.000 VND) y dos horas y media de trayecto. 



Por fin descansamos, y nos relajamos después de casi 25 km de caminata, estamos muertos pero muy contentos. El viaje hasta Ben Beo es precioso, vemos ahora todas las islas que hace tan solo unas horas veíamos casi desde el cielo. Cuevas, pueblos de pescadores, un lujo para la vista.
Sobre las 17.30h llegamos a Ben Beo, con la emoción de haber vivido un día apasionante.
Se esta tan bien en esta isla que decidimos quedarnos un día mas y alquilar un kayak en Ben Beo y recorrer la bahía de Lan Ha casi a ras del agua. A diferencia de la bahía de Halon, esta tiene un agua limpia y transparente y es una maravilla descubrir los miles de canales que la surcan, playas y cuevas tantas que nos hacen perdernos un poco y salirnos de nuestra ruta. Tanto nos emocionamos que en vez de tres horas acabamos haciendo seis horas de kayak, y con la excusa de que nos hemos perdido no nos cobran más. 





Aunque estamos muy a gusto, como decimos siempre, nuestro viaje debe continuar, y nuestro espíritu viajero nos llevará a otros lugares aun por descubrir y disfrutar.
Cogemos un barco que nos lleva desde Ben Beo hasta la Bahía de Halon, en el recorrido cambiamos de barco a uno impresionante  de los que hacen un crucero de varios días por la Bahía. Tanto lujo nos sorprende e incluso a mitad de viaje nos invitan a un curso de cocina Vietnamita, donde nos ensenan a hacer rollitos que luego nos comeremos.


4 comentarios:

  1. ¿Qué maravilla, como se puede ver y no llegar
    hasta ese lugar?.

    Edelweiss.

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  2. Yeni y Antonio:
    Yo se de una lellenda que dice así.
    Sabeis que fueron los dragones quién
    exculpierón las islas de jade de la bahía
    de Halong.
    Un abrazo, Flor del valle.

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  3. Preciosas las fotos, de las mejores que hemos visto.
    Un abrazo
    Vietnamitas en Madrid

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