26 de agosto de 2013

Parque Nacional de Siguniang Shan


Suena el despertador, aún está la noche estrellada y salgo a la calle con el frontal encendido dispuesto a hacer "una de las nuestras", y evitar pagar las costosas entradas de los Parques Nacionales chinos entrando antes de que abran, y además poder disfrutar de las primeras horas del día en solitario.

A los pocos kilómetros caminados comienzo a ver vislumbrar el amanecer y el relieve de las altas cumbres se empieza a manifestar en forma de extensas sombras ocultando la salida del sol. El valle es tan cerrado y las montañas tan altas que tendrán que pasar varias horas hasta que el sol asome por encima de éstas.





Sin la mochila me siento como una ardilla y subo como una moto. Sin darme apenas cuenta he caminado quince kilometros llegando al campamento de unos montañeros antes de que hayan tenido tiempo de recoger las tiendas donde han dormido.
Se sorprenden al verme allí a estas horas, supongo que se preguntaran dónde he dormido, pues solo llevo una pequeña mochila y casi vacía. Les saludo y continúo, quedándose aún más perplejos. Uno viene a preguntarme si tengo intención de subir a alguna de las cuatro hermanas, nombre con el que se conocen las cuatro montañas de más de 5.500 m que hay a la derecha del valle. Yo ni siquiera sé dónde voy, solo he calculado que, esté donde esté, a las doce tendré que darme la vuelta sino quiero que se me haga de noche.



 

La belleza del paisaje es simplemente indescriptible. Me emociono y aunque vaya solo no puedo más que dar un grito, tan expresivo como inesperado, como queriendo decir  ¡joooder qué bonito es esto!


 

Delante de mí se alza una montana con una pirámide perfecta con tres aristas que parecen trazadas con una regla. Su cima es tan puntiaguda que si la tocaras con el dedo te pincharía como un alfiler. Creo que arriba no cabría ni una sola persona. Me gustaría que Yeni estuviera aquí para verlo.


Ahora pienso que Sichuan es la provincia más bonita de toda china, y que no estaría nada mal si Yeni encontrara trabajo aquí. Además Chengdu, su capital nos ha gustado mucho.

Soy un adicto a la naturaleza, cuanto más tiempo estoy en ella más la quiero. Estando rodeado de tanta belleza hecho la vista atrás para recordar por un momento todo lo que nuestros ojos llevan visto y solo pienso lo maravillosa que está siendo nuestra vida y lo afortunados que somos.
Te quiero y Amo mi vida junto a ti, Yeni.


 


 

 

 


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