1 de noviembre de 2010

Jodhpur

¿Se puede llegar a una ciudad y ser invitado a una boda a los 10 minutos?, Pues si, como ellos dicen continuamente, en la India todo es posible. Y eso es lo que nos ha pasado, y nosotros, como no, allá que hemos ido, con nuestras mejores galas. El lugar, el Sir Marriage Palace de Jodhpur, suena bien, ¿verdad?.
Unas 1000 personas comiendo  thali y dulces, sentados en el suelo en un jardín con césped, mientras los novios, a los que nadie hace ni caso, miran sentados en un balancín encima de un escenario. La novia con su sari rojo mantiene una expresión de tristeza que parece que en cualquier momento se echa a llorar, y eso que nos dicen los amigos que se han casado por amor, algo muy poco usual pues en la India es la madre del novio la que elije una mujer para su hijo. Cuantas veces nos hemos encontrado chicos jóvenes, modernos que al preguntarles si tienen novia nos contestan que están esperando a que su madre se decida.
 Todos nos miran, y nosotros aprovechamos para hablar con los niños, como siempre, que son los únicos que nos entienden.
Aparte de la anécdota, Jodhpur, la ciudad azul, nos deja impresionados con su fuerte, el de Meherangrh, situado en lo alto de una loma y sus murallas lo elevan más hacia el cielo. En el interior un laberinto de palacios y patios. Cerca se encuentra el Jaswant Thada, cenotafio de mármol blanco y el palacio de Umaid Bhawan, donde sigue viviendo el marajá.

Se acerca el Diwali Festival, la fiesta mas importante de celebración en toda la India. Algo parecido a la navidad. Todos la esperan con ganas, y ya se respira un ambiente festivo, los niños no van a la escuela esta semana y muchas familias viajan a sus orígenes para reencontrarse con los suyos.







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