23 de enero de 2011

Mae Sa Riang


Empezamos el día cabreados pues el bus de Mae Hong Son a Mae Sa Riang nos cuesta el doble que uno normal por tener aire acondicionado y además, aunque la temperatura de día no supera los 25 grados, en estos autobuses ponen el aire a 16 grados. Vamos, que tenemos que pagar el doble por morirnos de frio. 
Al llegar a Mae Sa Riang nos tomamos la tarde libre en una terracita auténticamente idílica con hamacas y vistas al rio.


A las siete de la mañana estamos alquilando una moto en el sitio más barato del pueblo (150 bahts - 4 euros/día). Con una niebla y un frio enorme nos dirigimos a Mae San Lab. Por el camino se va despejando y vamos adivinando un paisaje espectacular. Pasamos por varias aldeas habitadas por Karen. Son poblados de 4-6 casas al borde de la pista.





La emoción va en aumento pues solo el hecho de encontrarnos nosotros solos con un ciclomotor por una pista de tierra dirección al Salawin, el río que separa Tailandia de Myanmar ya nos parece toda una aventura. De camino nos adelantan dos camionetas cargadas de militares, los que nos hace sospechar algo.
Cuando llegamos a Ban Mae Sam Lab nos encontramos un paisaje espectacular con un rio precioso entre montañas y al otro lado del rio Myanmar.


Nuestra intención es coger un bote que nos acerque a las aldeas tribales rio abajo, pero la sorpresa la tenemos al informarnos los militares que han llegado en los camiones, que no podemos ir hacia abajo pues a pocos kilómetros de aquí están pegándose tiros entre los Karen y el ejercito de Myanmar.
Entendernos con esta gente es casi imposible pues nadie habla nada de inglés y nos comunicamos a base de signos. “pa-pa-pa (sonido de metralleta) Myanmar ¡¡” es todo lo que llegamos a entender.

Cambiamos de planes y decidimos ir rio arriba. Hablamos con un local dueño de un bote que están cargando hasta arriba de provisiones para descargarlas en alguna aldea ribereña.
Al lado de nuestro bote se llenan dos botes de militares cargados con fusiles y con mochilas llenas de balas. Ya nos sentimos reporteros de guerra al más puro estilo Perez Reberte y les pregunto si me puedo subir con ellos. Ellos me contestan con un contundente “ no, no ¡¡ pa-pa-pa Myanmar ¡¡”. Tenemos la adrenalina por las nubes. Si vamos buscando aventuras autenticas ahora la hemos encontrado de verdad.




Nos subimos al bote con cuatro locales más, entre las latas y los sacos de provisiones. A las dos horas nos para en mitad de la nada sin saber muy bien si se ha cansado de nosotros, si nos van a dejar allí con una mano delante y otra detrás o es que realmente nos tenemos que bajar allí. Los locales nos indican que nos bajemos, pero allí no se baja nadie. Además el barquero nos dice que no volverá luego, tampoco lo hará mañana. El bote se aleja.




Parece que estamos en Ban Tha Ta Fung, una pequeña aldea Karen donde hay 4 habitaciones donde poder pernoctar.
Arriba del rio nos recibe en un puesto de control fronterizo,un militar tumbado en la hamaca en su garita de paja.


Nosotros estamos felices, esto es lo que nos gusta. Y pensar que hace unos días, en Chiang Mai, pensábamos que esto no lo íbamos a encontrar en Tailandia. Ahora lo tenemos claro, solo hay que dar un paso más (o a veces dos) de donde se quedan todos.
Empezamos a fantasear recordando cuando éramos niños y veíamos a Miguel de la Cuadra Salcedo y queríamos ser unos expedicionarios en busca del fin del mundo como él.

Nos echamos una buena siesta en un bote que hay en tierra con una sonrisa de oreja a oreja.
Más tarde paseamos por los campos de arroz y la aldea con casas de bambú y techos de hoja de bananera, viendo la calidad de vida tan buena que tiene esta gente. La gente del poblado es tranquila y sonriente, ahora sabemos porque a Tailandia le llaman el país de la eterna sonrisa.

Cuando empieza a anochecer regresamos al dormitorio y nos tienen preparada una cena riquísima de arroz con verduras y sopa de noodles que nos sabe a gloria.
Nos intentamos comunicar con la mujer que sabe un poco de inglés y ellos nos enseña algunas palabras en Karen.

Ya de noche con el cielo repleto de estrellas y los sonidos de la selva y el fluir constante del rio, me dedico a escribir estas líneas a la tenue luz que me dá una vela.

A la mañana siguiente nos acercamos a la orilla a esperar a que pase algún bote. A las dos horas para uno que nos devolverá a Mae San Lab. Allí cogemos la moto y continuamos la aventura. 

4 comentarios:

  1. Hola ,

    Jovencitos, ya no sois trotamundos,
    sino aventureros,atrevidos y locos
    por el mundo.
    Son unas experiencias muy arriesgadas,
    Pero merece la aventura de ser vividas.
    Animo y un abrazo. M M

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  2. Antonio, macho, te recomiendo encarecidamente "Rambo 2"... tienes que aprender a hacerte flechas-bazooka, quitarte sanguijuelas con los dientes, hacerte torniquetes, gritar mucho, saber cómo matar mil amarillos con sólo un canuto. Parece que lo váis a necesitar, según os veo.

    Eso sí, cuando Yeni te cure un poquito, tú quéjate mucho, que las encanta. Y dí siempre "No siento las pierrrnas"

    Vosotros con vuestra aventura, yo con la mía. No sé si sabréis que acabo de ser padre, son las 3 de la mañana y aún os escribo con un par.

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  3. Es cierto lo que dice Bull, siempre has sido un flipao exagerao y sigues siendolo. Si os dejan acompañarles a la guerra te cagas alli mismo. Pero que esperabas de acción-aventura mientras se pegan tiros? Sacar fotos? Anda, disfrutad de la naturaleza y de los vivos y alejaos del peligro y de los que quieren matarse. Lo de la mochila llena de balas no te lo crees ni tu que eres exagereitor, si tienen hambre se comen las balas, duermen en la tienda de balas, fuman balas, se curan la polvora de las balas y asi sucesivamente. La proxima vez que vayamos a la montaña me llevo unicamente cartuchos del 15 para sobrevivir y pasarmelo bien. Hay tres tipos de Magnum, el 44 (el de Harry el Sucio), el de chocolate y el almendrado.
    Por cierto, me encantan las fotos y los comentarios, seguid asi. Hoy fijo que me pongo al día.

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  4. Lo de la eterna sonrisa sera con su familia, porque el del puesto al lado de Yeni parece que esta a punto de vomitar. Menos mal que la que sonrie es ella esperando a que el tipo termine y diga: "No pasa nada, la he cogido al vuelo" y enseñe a la camara la mano llena de...(Recordando al Ricky en sus mejores momentos)

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