23 de agosto de 2011

Taman Negara National Park


Taman Negara es el parque nacional más grande de Malasia, con 4.343 kilómetros cuadrados de superficie. Como no se vio afectada por la glaciación, también es la segunda selva tropical más antigua del Mundo con 130 millones de años (El bosque primario más antiguo del mundo también se encuentra en Malasia y tiene nada menos que 230 millones de años).

A simple vista no hay nada que la distinga de otras selvas por las que hayamos pasado como Kao Sok y kao Yai en Tailandia, Ratanakiri en Camboya o medio Laos. Lo triste, como siempre, es ver desde la carretera de acceso al parque, como están deforestando toda la selva primaria que rodea al parque, talando tualangs, el árbol tropical más grande del mundo, arboles de mil años de antigüedad para la industria maderera. Este bosque tiene la misma antigüedad que el del parque pero no tiene ningún tipo de protección por encontrarse fuera.

Ya nos han comentado que en la isla de Borneo el 80% de la superficie de la isla, antes cubierta por selva tropical, ahora son plantaciones de palmeras que usan para hacer aceite… suma y sigue.

El pequeño pueblo donde están los guesthouse se encuentra en frente de la entrada del parque, solo separados por un rio que hay que cruzar en barca por un ringin.


Lo bueno del parque es que tiene rutas de trekking marcadas, por lo que te puedes recorrer una buena parte de la jungla por tu cuenta, sin guía. Nosotros dejamos la mochila en un GH, cruzamos el río y nos adentramos en la selva. El calor y la humedad son extremos, sintiéndonos sin fuerzas para dar un paso, parando cada cien metros como si estuviéramos subiendo un ochomil. Aún así conseguimos hacer una ruta circular de unos 5 kms pasando por los canoping, unos puentes colgados entre arboles a cincuenta metros de altura que nos permite ver la selva desde las copas de los arboles.



Animales no vemos muchos, solo otros humanos, cerdos salvajes, dragones de komodo, ardillas, macacos y aves. Los grandes mamíferos, como tigres, elefantes o rinocerontes de Sumatra es casi imposible de ver y más por el día.

Al día siguiente nos preparamos psicológicamente para hacer una ruta más larga, pero al poco de empezar los leeches (sanguijuelas) nos impiden continuar. Está plagado y se pegan a las piernas con más rapidez de lo que tardamos en quitárnoslos. Antes de morir desangrados decidimos dar media vuelta, pues nos damos cuenta que esta selva es inmensa y andar por ella es como hacerlo por un laberinto, vas a ver lo mismo que permaneciendo parado. Nos quedamos horas en una torre de avistamiento, disfrutando de la inmensidad de la jungla, su olor, su color y sobre todo sus estremecedores sonidos y el no saber de dónde, ni de quien provienen.



En este lugar también florece la Rafflesia, la flor más grande del mundo que puede medir alrededor de un metro de diámetro y pesar cerca de diez kilos. En contra de lo que pueda parecer, no se trata de una planta carnívora, sino que se alimenta de las raíces de un árbol hospedador. Con su pestilente hedor, que recuerda a la carne podrida, atrae a las moscas carroñeras con el objetivo de llevar a cabo la polinización. Su periodo de floración se reduce a cuatro días, y su estado de eclosión a sólo veinticuatro horas, por eso, este gigante se convierte en un raro y esquivo tesoro. Si alguien quisiera regalarle a su novia/o una docena de rafflesias, tendría que prepararse para levantar casi cien kilos de peso.

Más tarde nos acercamos al rio y casi de casualidad observamos que en frente hay un pequeño poblado. Un guía local nos informa que son Orang Asli, una minoría étnica que ellos llaman aborígenes. Rápidamente se nos abren los ojos, bruscamente se despierta nuestra vocación antropológica, que llevaba dormida desde que dejamos el sur de Laos. Nuestra obsesión por contactar con minorías étnicas solo es comparable a la que tenemos por encontrar elefantes salvajes. Solo deseamos llegar allí como sea. Pronto pasa un local con un bote y le pedimos que nos cruce el rio. Diez ringins ayudan a decidirse a hacernos el favor.


Es un asentamiento de no más de cinco familias. Uno de los jóvenes habla inglés y hace de guía por cinco ringins (nada es gratis ni siquiera aquí).  Son nómadas, llevan viviendo en el Taman Negara unos cuatrocientos años, hay unas dos mil familias repartidas en varios asentamientos pero la mayoría de ellos ya han sido desplazados a casas que el Estado ha construido para ellos para sacarlos de la selva.
Nos comenta que no sabe cuánto tiempo podrán estar aquí. El Estado ha vendido el terreno a la industria maderera. No sabe si en dos meses o en dos años las grandes extensiones donde se encuentran serán arrasadas para cultivar palmeras que producen el lucrativo aceite de palma. Obligando a los indígenas a abandonar sus hogares en las selvas tropicales vírgenes. 











Llevamos vistas mucha destrucción medioambiental pero creemos que Malasia se lleva el premio gordo en cuanto a destrucción. Se estima que las talas han destruido el 70% de las milenarias selvas tropicales del país. La biodiversidad y riqueza de este país son increíbles, pero solo hay un 5% del territorio protegido.
Además hay 13 parques marítimos pero la protección es tan lamentable como la de sus vecinos de tierra firme.

En todo el sureste asiático la tala y la deforestación, están terminando con la selva tropical. Ya sabemos que Indonesia ha perdido más selva tropical que cualquier otro país del mundo (excepto Brasil) en las últimas décadas. La demanda de China de madera noble que a su vez vende en forma de muebles a occidente no tiene límites. La corrupción de sus gobiernos hace el resto.
Además, la práctica de roza y quema y la sobre explotación pesquera utilizando dinamita y cianuro son otras prácticas que están destruyendo una de las zonas más ricas del planeta. 


2 comentarios:

  1. Que pena, que la ambición de los paises mas
    dominantes no tengan limites, quizas
    algún día se den cuenta de todas las
    atrocidades, solo es de esperar que no sea muy
    tarde por el bien de la naturaleza y el planeta
    (Tierra) un beso. Maribel.

    ResponderEliminar
  2. Que aventuras más fascinantes estáis viviendo.
    Un abrazo.Mabrl.

    ResponderEliminar