13 de octubre de 2011

Gunung Bromo


En Probolingo consiguen enfadarnos por primera vez en Indonesia. Desde la estación de trenes cogemos una opelet para que nos lleve a la estación de autobuses, para allí tomar una minivan dirección al pueblo de Cemoro Lawang.
Tenemos algo de prisa pues la última minivan sale supuestamente a las 17.30 horas y son las cinco. Justo cuando vamos a salir, llega un grupo de turistas que resultan ser españoles y suben a la angkot, después de un rato por fin salimos. Tras recorrer no más de un kilometro la angkot se para y nos indica que el colt (una especie de minivan) pasa por aquí y que será más fácil tomarla desde aquí. No nos fiamos mucho pero al final decidimos bajar.
Al rato observamos que nos han dejado al lado de una agencia de viajes que nos quiere vender un tour por el Bromo, pero aun así el dueño nos asegura que el colt está a punto de pasar. Después de una hora de espera ya enfadados y molestos por el engaño decidimos quedarnos a dormir en Probolingo y probar suerte al día siguiente. En ese momento nos asegura que una minivan turística está llegando, pero que el precio es algo más caro. Los tres chicos españoles viajan con poco tiempo y tienen claro que la van a coger, nosotros no tanto.
Llega la minivan y decidimos cogerla y pagar un poco más, pero en ese momento nos dicen que no hay sitio para todos que sólo es posible tres personas. Con un enfado importante por el tiempo perdido esperando innecesariamente, nos largamos andando a buscar un hotel en Probolingo,  para salir mañana temprano hacia Cemoro Lawang.
Hacía tiempo que no sentíamos esta sensación tan desagradable de enfadarnos y tener que discutir sin llegar a ningún acuerdo, como nos pasaba una y otra vez en Vietnam, ese desagradable país con gente indeseable donde no aconsejamos viajar y donde no creo que volvamos.
Nos levantamos pronto y nos dirigimos a la estación de autobuses, esta vez con mejor suerte, consiguiendo llegar sin problemas.
Las colt no salen hasta estar llenas, por lo que tenemos que esperar una hora, hasta que por fín salimos hacia Cemoro Lawang.
Llegamos a nuestro destino y sabiendo que el recorrido cuesta 10.000 rupias, pagamos sin más y nos vamos, pero el conductor nos pide 25.000 por persona. De nuevo entramos en una confrontación en la que no estamos dispuestos a pagar ni una rupia más y nos vamos. El conductor nos sigue por todo el pueblo mientras buscamos un homestay y  nos exige que le paguemos, nosotros ya sabemos que hay una especie de mafia donde todos tienen acordado un precio para el turista, más del doble de lo que vale. Nos enfadamos tremendamente, pero al final no nos queda más remedio que pagarle y llamarle de todo.
Tenemos la sensación de haber abandonado la Indonesia tranquila donde todo eran sonrisas y buenas maneras, aquí parece que de nuevo la aparición de turistas les hace más agresivos  y sólo piensan en lo que le  pueden sacar al turista. Hasta los niños del pueblo parece que lo primero que han aprendido es a pedir dinero.
Desde el pueblo de Cemoro Lawang accedemos al Parque Nacional de Bromo-Tengger-Semeru. Una impresionante llanura azotada por el viento de aspecto lunar, deshabitado y agreste que por un lado nos recuerda a la entrada del desierto de Erg Chebbi, en Marruecos, y por otro a las tierras altas del valle de Spiti en India.  Paseando por las afueras del pueblo por fin encontramos algo de paz y tranquilidad, donde los aldeanos viven ajenos al ajetreo turístico que despiertan las tierras en las que llevan viviendo y trabajado toda su vida.


Sopla un fuerte y fresco viento y sus habitantes se tapan todo el cuerpo con sariones a modo de manta y se acurrucan como si estuvieran en el Himalaya.
Buscamos un sitio para comer pero todo está cerrado. Finalmente encontramos un warang (pequeño restaurante local barato) donde comemos un mi goreng.
Aquí conocemos a Leo, un viajero de los de verdad, con su sombrero de aventurero y sus botas de trotamundo. Poco a poco nos cuenta algo sobre su aventura por la vida, lleva viajando durante más de veinte
 años por todo el mundo y trabaja haciendo reportajes fotográficos y redactando artículos para revistas. Lleva tres días en Cemoro y nos recomiendo subir al volcán Bromo por la tarde que es cuando para el viento y se disfruta de un bonito atardecer.

Cemoro Lawang está situado en lo alto de una falla, debajo se extiende una amplia y desértica meseta donde se alzan el volcán Bromo, el Batok, el Tengger y el Semeru de 3.636m.
Tras bajar por un camino polvoriento entre la maleza, se llega a la extensa llanura desde donde se recorren unos dos kilómetros hasta la base del volcán Bromo. Desde aquí se deben subir los 253 peldaños que te separan de la cima de la boca del cráter.




Desde arriba un pequeño mirador situado en la arista del cráter ofrece unas vistas al enorme agujero del cráter que parece que lleve directo al abismo. Las vistas impresionan bastante, aun lado una enorme llanura desértica y al otro el humeante cráter que no deja ver su infinita profundidad. 






El  volcán Bromo ha estado activo y cerrado a las visitas turistas desde diciembre de 2010 hasta abril de 2011, enormes ríos de lava salían desde la boca de este increíble volcán.
Desde su cima disfrutamos de un bonito atardecer.



Al día siguiente nos levantamos a las dos de la mañana, pues queremos subir hasta el mirador de Gunung Penanjakan a 2.770m para ver el amanecer y todo el Parque Nacional con todos los volcanes.
Es totalmente de noche y tenemos una subida de unas tres horas para llegar al mirador. Hay luna llena y esto nos ayuda a encontrar el camino, pues nuestros frontales están sin pilas y no tenemos luz. A las cuatro llegamos a un primer mirador, pero  como tenemos tiempo hasta que amanezca decidimos subir al más alto.
Poco a poco comienzan a despuntar los primeros rayos de luz. El viento es fuerte y hace bastante frio, pero las vistas merecen la pena.


La claridad del día comienza a desvelar los encantos de este extraño lugar y el sol ilumina las cimas de todos los volcanes. De la vasta y desolada llanura se alzan como colosos el  Bromo, el Batok, el Tengger y el Semeru. En la llanura cerca del Bromo se dibujan los profundos surcos por donde debió de correr la lava formando ríos incandescentes.


Miramos una y otra vez este increíble paisaje que la naturaleza con su implacable fuerza a moldeado a capricho, regalándonos un entorno con una belleza sobrecogedora.    

3 comentarios:

  1. Impresionante. Eso sí, vaya "Bromo" que os han gastado un par de malnacidos. "Gunung Bromuro" les tenían que dar el resto de su vida.

    En fin, no os canséis mucho, ni viajéis mucho, ni disfrutéis mucho... porque sé que es exactamente lo que váis a hacer.

    Por cierto, ya he encadenado 7b+/c; Miguel Ángel tiene 9 meses y su papá se lo lleva a los sitios donde escala. Ya se pone en pie, y aunque aún no anda, ya hace unas cacho dominadas en los cajones del salón. Está hecho todo un campeón como su papi.

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  2. Cosita siempre tienes algo bueno ,lo demas dejalo atras no merece tu atención.
    Me encanta como comentas tus experiencias con los volcanes y las maravillosas vistas, eso es lo que importa,vivelo y disfruta todo pero no te arriesges mucho,que es peligroso sabes que te queremos mucho
    besitos mi niña bonita. Flor del Valle.

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  3. Impresionante Impresionante Impresionante...
    Pero como tienes valor de estar , en un sitio
    tan fantasmagorico, yo lo miro desde aqui y estoy
    sobre alucinada del impacto.
    Muy logradas las fotos y el video.
    , Te quiero,has volado muy alto gaviota del mar.
    Un besito de Aurora Boreal.

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