22 de diciembre de 2011
Senaru y Volcan Rinjani
Desde Labuan Lombok, nos dirigimos, ahora sí, hacia el pueblo de Senaru, para subir el imponente volcán Rinjani de 3.726m.
Esta parte de Lombok es realmente bonita y desde nuestra moto disfrutamos de los paisajes, pero el tiempo cambia continuamente y de un sol radiante pasamos en pocos minutos a una lluvia torrencial, provocando que paremos en cualquier chamizo para resguardarnos hasta que pasa el chaparrón.
En estos países la lluvia es alegría y sobre todo para los más pequeños que, mientras nosotros nos resguardamos de la tormenta, corren por las calles bajo la lluvia disfrutando y chapoteando en los charcos. Nosotros les miramos y ellos felices nos sonríen.
Después de unos minutos la lluvia para y todo se seca rápidamente, vuelve a la calma y nosotros reanudamos nuestro viaje. La carretera se empina e intuimos que debemos estar cerca de Senaru y sin apenas darnos cuenta llegamos a nuestro destino.
A tan solo 14 km del mar en línea recta, se encuentra el pequeño pueblo de Senaru asentado en las faldas del enorme volcán Rinjani de 3.726m.
Las vistas desde aquí son impresionantes, por un lado el inmerso mar azul y por otro la grandiosidad del Rinjani que como un fantasma juega a esconderse tras las nubes y solo se deja ver con claridad a primera hora de la mañana y a última de la tarde con los últimos rayos de sol iluminando su cima.
La subida hasta la cima es de varios días y desde aquí te organizan todo tipo de excursiones a gusto del consumidor, dos, tres, cinco días…siempre con guía. Nuestro afán aventurero siempre nos guía hacia la misma dirección, hacer las cosas por libre en la medida de lo posible, sin guías, ni porters, solo con lo puesto y nuestra mochila a la espalda. En este caso sabemos que será duro y difícil deshacerse de la "ayuda" que te quieren prestar los insistentes vecinos del pueblo que nos recomiendan ir con guía y casi nos imposibilitan subir sin él, pero nos hemos informado y sabemos que el camino es claro aunque largo y duro.
Nuestra intención es llegar hasta el cráter donde hay un lago, no hasta la cima, así que quizás en un día podamos hacer ida y vuelta y evitar de esta forma hacer noche y llevar tienda de campaña, aun así, la subida son 7 horas y la bajada 6 una jornada intensa y dura.
Los días pasan y mientras disfrutamos de nuestro cómodo guesthouse, nos asaltan las dudas de si subir o no, pues llueve todos los días y sabemos que si subimos tendremos que correr ese riesgo, pero creemos que merecerá la pena.
Finalmente se disipan las dudas y decidimos subir.
Nuestro despertador suena a las 2.30h de la mañana y bajo la oscura noche podemos ver las miles de estrellas que salpican el cielo, apenas hay luna y el silencio es total. Llegamos a nuestro punto de partida la entrada al Parque y equipados con un frontal sin apenas pilas y la luz de la pantalla del móvil nos disponemos a iniciar la marcha.
El camino parece claro, no muy complicado en esta parte inicial, pero la vegetación cada vez es más espesa y los ruidos de la noche hacen su presencia. A veces me pregunto qué extraña fuerza nos lleva a aventurarnos en estas hazañas, en medio de la noche, en una isla de Indonesia rodeada de no se sabe cuántos tipos de especies venenosas de serpientes y demás.
Tras varias horas caminando en la más absoluta oscuridad, se empiezan a intuir los primeros rayos de sol y de repente el entorno se transforma y los misterios de la noche dejan paso a un paisaje más tranquilizador.
Nuestro ritmo es muy bueno, pero no debemos bajarlo, pues debemos cubrir un desnivel de 2.000m en menos de 6 horas.
Son las 7 de la mañana y el día es espectacular, ya cerca de la cima podemos ver una panorámica de todo el mar y a lo lejos como tres gotas de agua las islas Gili.
Apenas hemos parado desde que iniciamos y el cansancio se hace patente en nuestros últimos pasos para llegar al crater. Unos metros más y habremos llegado, intento animarme para no parar y continuar caminando.
De repente, levantamos nuestros ojos del camino y vemos el tremendo cortado que se alza ante nosotros. ¡¡¡¡Hemos llegado!!!!!! bien, Antonio y yo nos abrazamos y miramos la belleza de lo que tenemos delante. Un lago de un intenso azul turquesa en el que se encuentra un pequeño volcán activo que de vez en cuando suelta alguna que otra fumarola: A la izquierda la impresionante cima del volcán Rinjani, con su escarpada ladera de piedras volcánicas y a lo lejos el inmenso mar: ¿que más se puede pedir?
Hemos tardado 4.5 horas en subir y estamos realmente agotados, pero el esfuerzo ha merecido la pena.
Nuestra máxima preocupación era llegar lo antes posible al mirador, antes de que las nubes y la niebla lo tapen todo y no se pueda ver nada, pero la suerte y nuestras ganas nos han acompañado.
Tras una hora disfrutando de este maravilloso paisaje, nos disponemos a bajar, pues aun nos quedan por lo menos 6 horas y no queremos que se nos haga de noche.
Solo nos queda una hora y mis piernas caminan casi por inercia, cierro los ojos e intento darme ánimos pero estamos muertos.
Por fin vemos la entrada del parque y nuestras miradas se funden en una sola de alegría. Despues de siete horas lo hemos conseguido. Respiramos profundamente y solo pensamos en descansar en nuestro confortable alojamiento.
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Que locura mas fantastica,que emocionante y
ResponderEliminararriesgado a la vez,pero merecio la pena el
esfuerzo compensado con tan gradiosa maravilla
de la naturaleza. Y como siempre a vuestra manera
gracias por mostrarnos tanta belleza,impagable.
Un beso muy grande. Resplandor.
Yeni, tu amor por la montaña te hace cometer
ResponderEliminarlocuras maravillosas,para el deleite de nuestros
ojos atonitos al ver y leer tus relatos.
Resplandor.