28 de agosto de 2013

Rilong- Bamei



Amanece lloviendo y además hace bastante frío. El día está tristón y no apetece entrar al Parque Nacional y hacer un treking con este tiempo así que decido aprovechar el día para hacer camino y avanzar, pues considero que le he sacado mucho partido a esta preciosa zona y me voy muy satisfecho.

Necesito retroceder hasta Danba y de allí continuar hacia el Oeste hasta Bamei.


 

Acomodado ya en Bamei y cuando parecía que el día no iba a tener más emociones que las rutinarias, que no son pocas, (pues me sigo encontrando con gente maravillosa por el camino que me ayudan muchísimo y además me traen hasta aquí gratis) una chica me empieza a gritar desde la otra acera. No es tibetana, dice ser de Yunnan. Me cuenta, en un muy buen inglés, que está viviendo en un monasterio y que se dedica a  dar clase de inglés a los niños monjes de una forma altruista. Enseguida me ofrece ir a dar una clase con ella. Es un poco alocada y me dirige hacia un chico que le está esperando en un coche. Me lo presenta como su hermano. Aunque inicialmente no me lo creo, no se queda atrás en su comportamiento disparatado. Parece que le acompaña en este proyecto, aunque no sabe nada de inglés. Todo suena un poco extraño.Yo ya en estas situaciones actúo sin pensar y en un momento me encuentro dentro de un coche con dos desconocidos que me llevan a no sé qué templo en no sé dónde pero a varios kilometros del pueblo por una pista de tierra. 

He de reconocer una cada vez mayor adicción a la inseguridad, asumida de una forma despreocupada: cada vez nos gusta más embarcarnos en estas situaciones que no sabes que te van a deparar pero que el instinto viajero que hemos desarrollado nos dice que adelante…¡¡Me encanta esta sensación de incertidumbre!!

 

Efectivamente llegamos a un templo. Me enseñan la habitación donde viven (realmente básica) y nos sentamos en una diminuta estancia a tomar un café y esperar que venga el Maestro.
Al poco tiempo llega, e iniciamos una conversación que se prolonga durante más de dos horas. Todo lo que cuentan es muy interesante. El máster es una reencarnación de un famoso lama. Me enseña objetos tallados en piedra y madera que dice tener más de ochocientos años. Nos cuenta historias de la Revolución Cultural y nos revela que el templo contenía una talla de la cabeza de buda en oro macizo, su maestro la escondió para salvarla de los comunistas y poco antes de morir le reveló donde la enterró. Solo él lo sabe.
 
También hablamos sobre el Dalai Lama, y nos cuenta que le gustaría ir a Dharamsala a conocerle, pero si decide ir, el gobierno chino no le dejaría volver. También nos cuenta que hace un mes en las celebraciones del cumpleaños del Dalai Lama, la policía del pueblo reprimió y prohibió que se celebrara acto alguno.





Me enseñan sus habitaciones. Son verdaderamente humildes, poco aptas para resistir el frio del invierno pero tiene un Iphone y un todoterreno. Le hago esta observación a Magie y me dice que el coche es del gobernador y que el gobierno local corrupto les tiene en cierta medida comprados. Se me escapan muchas cosas pero opto por no adentrarme con más preguntas. Está atardeciendo y me ofrecen quedarme a cenar e incluso a dormir. Pero acuerdo volver mañana a la hora de la clase de inglés. Se ofrecen para llevarme de vuelta en el todoterreno pero prefiero volver paseando pues este paisaje es muy bonito.

El día aún me depara más momentos mágicos, pues en el guesthouse donde estoy alojado, al verme llegar me invitan a sentarme con la familia alrededor de la cocina de fuego y tomarme un chá, un té de leche de yak. Una gente muy agradable y además puedo practicar con ellos un poco de chino.







1 comentario:

  1. Como es costumbre en ti Antonio y Yeni me dejáis sorprendida y
    boquiabierta con vuestras arriesgadas aventuras por el mundo.
    Que jabatos sois, mira que correr esos riesgos ,me encanta
    vuestras vivencias.
    Abrazos amigos aventureros. Belsay.


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