16 de noviembre de 2010

Hampi

Abandonamos Goa para entrar en el Estado de Karnataka. Tras toda la noche en la litera de un bus sin pegar ojo, llegamos a Hampi, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Visitar Hampi es como viajar al pasado. Las enormes rocas erosionadas dibujan un entorno extraño pero  apacible, donde templos y ruinas van apareciendo dispersos entre un paisaje de gran belleza, sin importar la dirección hacia donde camines.

La pequeña aldea donde están los guesthouse está a los pies de un enorme gopuram de casi 50 metros de altura, puerta de entrada al templo Virupaksha. Junto a él multitud de templos en lo alto de una colina, desde donde se obtienen unas maravillosas vistas.

Al día siguiente nos vamos andando varios kms por un sendero transcurre entre plantaciones de bananeras hasta llegar al centro Real.
Después de estar toda la mañana caminando sin parar, volvemos de vuelta a Hampi, y se nos ocurre la idea de tomar un atajo de los nuestros, por mitad del campo. Por el sendero nos encontramos varios pastores con cabras y vacas, y como no, nuestros amigos los búfalos que atravesados en el camino nos miran con cara de pocos amigos, parece que no les agrada que invadamos su territorio, así que después de varios intentos nos damos la vuelta y volvemos a tomar el camino por el que habíamos venido.
Paseamos por los gahts a orillas del rio y contemplamos como pasa la vida en este tranquilo pueblo. De nuevo el río vuelve a ser el protagonista, y crea vida por donde pasa. En él lavan las mujeres, se bañan, juegan los niños.

Un día más amanece sobre Hampi, y el sol ilumina la parte alta de los templos, y les da un toque más mágico si cabe.
Hampi , según nos informa después nuestro amigo bull, es un paraíso para los escaladores  de boulder, pero a pesar de ello, sólo vemos a un japonés que parece algo perdido, quizás abrumado por el lugar, sin saber por donde empezar, con una colchoneta a la espalda.

Después de visitar el templo Vittala, nos dirigimos a Anegundi y cruzamos el rio en unas barcas de cuero y barnizadas de alquitrán para impermeabilizarlas, que parecen una cascara de nuez flotando sobre el río. Parece increíble pero semejante invento flota, y no solo transporta a personas sino también motos, en fin esto es la India y aquí todo es posible.
Cruzamos el rio sanos y salvos y después de un paseíto muy agradable entre pequeños templos ocultos entre la vegetación, llegamos a Anegundi. Este pequeño pueblo vive al margen del turismo de Hampi y sus tranquilas calles invitan a recorrerlo.
Hampi nos ha cautivado, no sólo por sus templos, sino también por su  verde paisaje y sus formaciones rocosas erosionadas, donde el paso del tiempo ha dejado su huella. 











1 comentario:

  1. ¡OOOOOOÑÑIOOOOOOOOOO!!!!

    ¡HAMPI!!

    Pero, criaturas de la mía vida, ¿no sabéis que Hampi es una de las mecas mundiales de bloque (o búlder; escalada sin cuerda de (normalmente) baja altura)?? Raro me parece que no viérais ningún escalador por ahí.

    Supongo que os habréis santiguado y todo, como Dios manda...

    PD: ¿Esto es como el No-Do? ¿Desde cuándo el señoooor Generalísimo y Lobolopísimo debe aprobar perrrsonalmente todos los comentarios alusivos a su excelsa persona y figura? ¿Eh? ¿Eh?

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