25 de diciembre de 2010

Calcuta (2ª parte)

Las misioneras de la Caridad tienen cuatro centros en Calcuta: Shanti Dan (niños menores de un año en adopción), Daya Dan (niños de todas las edades con cualquier tipo de minusvalía), Prem Dan (indigentes con enfermedades) y Kalighat (moribundos). Yo tengo curiosidad por conocer todos los centros y hoy hemos decidido ir a Prem Dan.
Como todas las mañanas, todos los voluntarios nos hemos reunido en el convento donde nos han dado un té y nos hemos agrupado para ir a los diferentes centros. De camino a Prem Dan pasamos por un barrio de chabolas y un vertedero de basura. Lo curioso es que andado por aquí sentimos más seguridad que haciéndolo por la Explanada en hora punta. La gente nos saluda, siempre con una sonrisa saben que vamos a la Mother House. Esto parece “ La ciudad de la alegría”.



Después de tanto tiempo vagando por la India nos hemos acostumbrado a ver indigentes, moribundos y minusválidos con todo tipo de deformaciones, amputaciones y demás “rarezas”. Para el lector es difícil de imaginar todo lo que hemos llegado a ver, cuantas veces nos hemos preguntado qué es lo que pasa en este país, porque tanta gente con los más desventurados errores de la naturaleza. Pero es que aquí dentro, en Prem Dan, están todos juntos. Son los renglones torcidos de Dios.



Se trata de dos pabellones donde se encuentras separados mujeres y hombres.  A Yeni y a mí  también nos separan. Cuando llegamos los internos ya están levantados y nos reciben con mucho cariño. Lo primero que hacemos es lavar ropa y camas. Luego higiene. Yo me dedico a afeitarles. Después llega el almuerzo y hay que ayudar a comer a los que no se valen por sí mismos, y por último recoger los platos y fregarlos.

Lo que más me gusta de estos centros es que tengo plena libertad para hacer lo que quiera. Me encanta subir, bajar, entrar, salir, en definitiva ver. Me llama la curiosidad investigar que hay más adentro, ver cosas realmente duras, como están los que están moribundos o ver cómo trabajan en una sala de curas. Me sorprende mi capacidad de adaptación, ver que puedo observar cómo están haciendo unas curas de miembros amputados a carne viva sin apenas sorprenderme. Nunca antes lo hubiera imaginado.




El ambiente entre los voluntarios es muy bueno. Aquí conoces a gente de todo el mundo cada uno con sus experiencias y sus viajes. Hay para todos los gustos. Por ejemplo, una española de 70 años que lleva muchos años de voluntaria en Madre Teresa de Madrid, nos cuenta que esta era la ilusión de su vida pero que no lo había hecho antes por miedo a venir sin saber inglés. Otra mujer española de unos 50 viene en navidades y pasa aquí todo su més de vacaciones. Un chico de Nueva Zelanda es su octava vez en Calcuta. Una Chica de Mexico lleva cuatro meses seguidos de voluntaria.
A mi realmente me sorprende, pues es gente que en su mayoría ha venido solo a hacer esto. Me resulta curioso que hagan un viaje tan largo solo con este fin. Sinceramente creo que la ayuda que prestan aquí la podrían prestar en la ciudad donde viven sin necesidad de venir a Calcuta. Desgraciadamente indigentes, mendigos y huérfanos hay en todo el mundo.

Nuestra motivación es diferente, nosotros somos viajeros con una escala en Calcuta. No decimos no a nada, nos gusta ver la realidad del mundo, por pavorosa que sea y creemos que de todas las experiencias se aprende. Pasar por aquí y no estar unos días de voluntario es perder una buena oportunidad de tener una verdadera experiencia.
Quizás este voluntariado no nos produce un sentimiento de autorrealización tan plena como para pasar cuatro meses aquí, pero sí que nos ha aportado lo suficiente para aprender mucho.
  

3 comentarios:

  1. Hola, somos unas admiradoras de tu blog. Nos gustan mucho las fotos y todo lo que cuentas.Además de servirnos para conocer a traves de vuestros ojos un poquito de la India, es un buen diario que os encantará ver cuando seais mayores para poder recordar vuestras aventuras. Sentiros unos afortunados por hacer algo que tanto os gusta. Con mucho cariño....

    Tu madre y tu hermana Marta

    ResponderEliminar
  2. Yo me sumo a tu familia (¡por cierto, recuerdos a todos vosotros!!).

    ¡Y de paso Feliz Navidad a todos!!

    ResponderEliminar
  3. ¡Dios mío!!

    ¡Milagro!!

    ¡Ahora se publican directamente los comentarios!! No puedo creerlo... sin duda la Navidad hace milagros.

    ResponderEliminar