3 de diciembre de 2010

Varkala - Madurai - Kodaikanal

Con mucha pena por abandonar este paraíso, pero muy contentos por haberlo encontrado, salimos de Varkala a las 6 de la tarde dirección a Madurai.
En la litera del tren tenemos tiempo para dar un repaso a la cantidad de sitios que hemos visto en el Estado de Kerala, y la verdad es que hemos flipado con este pequeño rincón del Sur de la India, de hecho si algún día nos perdemos que nos busquen por aquí.

Hemos tenido muchas dudas de si ir a la Reserva de Periyar, pero la gente que hemos conocido en Varkala y que venía de allí nos han comentado que es caro, está muy explotado turísticamente, (sobre todo para los indios) y que aunque el paisaje es muy bonito nos olvidemos de ver animales. Además con la experiencia tan autentica y difícilmente superable que hemos vivido en Wayanad decidimos no ir, aún a costa de resignarme  a no ver elefantes salvajes.

Llegamos a Madurai a las 5 de la mañana, es de noche cerrada pero en un rato estará amaneciendo. El día será largo pues queremos ver esto en unas horas y dormir en un sitio más tranquilo, así que dejamos las mochilas en la Cloak room (consigna) y nos vamos hacia el recinto del Templo de Sri Meenaskhi, de arquitectura dravídica con gompurams cubiertos de arriba abajo con una profusión de imágenes de dioses, animales y figuras míticas llenas de color. Los no Hindúes no podemos acceder al interior de sala central, el sanctasanctórum, donde los peregrinos realizan su puja y bendicen sus alimentos.
También visitamos el palacio de la Ciudad que carece de interés.
Abandonamos Madurai en bus.

Llegamos a Kodaikanal sobre las 3 de la tarde, después de superar nuestras dudas de si ir de Madurai directamente a Trichy o hacer una parada en Kodaikanal.
Yo abro mi bolso y junto a mi pasaporte sigo teniendo aquel papelito que pone: “Kodaikanal a 3 horas y media de Madurai”, y me acuerdo de Joelle y de su expresiva cara diciéndome, ¡tienes que ir es muy bonito!. Y aunque en Madurai la lluvia no cesa, yo insisto en ir, aunque el tiempo seguramente será peor y ya nos avisan de que hará un frio tremendo.

Kodaikanal se encuentra a 2100m de altitud, y después de abandonar la llanura repleta de cultivos de arrozales y bananeras, iniciamos una subida de varias horas por  una carretera de montaña con un paisaje precioso, y tras pasar por la Silver fallwater, una cascada impresionante, el autobús nos deja en nuestro destino.

Kodaikanal es un respiro al ajetreo de las ciudades, un lugar de veraneo para los indios, que se refugian aquí cuando el calor del verano aprieta y las temperaturas en el Sur son sofocantes. Ahora en pleno invierno, sigue conservando su encanto, pero las temperaturas por la noche bajan bastante, así que tenemos que ponernos  toda la ropa de abrigo que llevamos.

Antonio se ha hecho ilusiones con conseguir un dormitorio  con chimenea, porque ha leído en la guía que hay un Youth Hostel que tiene y a buen precio. El ya se ha imaginado un refugio de montaña con paredes de piedra y tejado de pizarra con el interior de vigas de madera y suelo de tarima, yo le advierto  que no se haga ilusiones, pues nada en la India es como uno se imagina, aún así, allá vamos dispuestos a encontrarlo.
Llegamos al Youth Hostel , las vistas son magnificas, se ve todo el valle, pero cual es nuestra sorpresa… por primera vez nuestros pensamientos son bastante parecidos a la realidad, la habitación está genial y se ajusta bastante al refugio idílico que se había imaginado Antonio, así que nos quedamos y por la noche intentaremos encender el fuego.

Parece que el tiempo nos da una pequeña tregua y nos permite disfrutar de un paseo por esta tranquila localidad. Aunque no llueve  hace bastante frio, casi no podemos creer que ayer estuviéramos en Varkala bañándonos en la playa.
Las calles del centro y están repletas de  tiendas de  chocolates y bombones de almendra, nueces, chocolate blanco, umm ¡¡, no podemos resistir la tentación y probamos un poco de cada.
Llegamos a la habitación helados y Antonio se pone manos a la obra para encender la chimenea. Yo aun tengo grabada en mi memoria la última vez que lo intentó hacer, era en un refugio de montaña en el Pirineo navarro y se lio tal humareda que casi tenemos que salir a dormir fuera. Tras ponerle mucho empeño, pues toda la madera está muy húmeda, por fin lo consigue.
Ahora  a dormir que mañana será otro largo día.






1 comentario:

  1. Los templos y tu Yenisei, lo mas bonito
    del mundo .

    MAMA.

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