15 de septiembre de 2011

Bukit Lawang


Rodeado de una densa selva y a orillas de un rio se encuentra el pequeño pueblo de Bukit Lawang (BL), un lugar tranquilo y agradable enclavado en un entorno magnifico y principal punto de entrada al parque nacional de Gunung Leuser. La principal razón por la que la gente viene aquí es para ver los orangutanes de Sumatra que viven en el parque nacional y especialmente aquí, ya que hay un centro de rehabilitación.
El mamífero arborícola más grande del mundo solo se localizan en Indonesia, en las islas de Borneo y Sumatra, y son una especie en peligro de extinción. 
La diferencia entre una isla y otra es que en Borneo los orangutanes se han acostumbrado a hacer su vida en el suelo porque no tienen depredadores naturales, por lo que es más fácil verlos. En Sumatra viven en los árboles para refugiarse de su mayor depredador, el tigre de Sumatra. En este parque nacional sobreviven unos 5000 orangutanes.

En el bus de Medan a BL conocemos a un joven que habla ingles y nos da todo tipo de explicaciones sobre el parque. Rápidamente sospechamos que es un guía y que más tarde nos intentará vender un trekking para ver los orangutanes.

La estación de autobuses de BL está a un kilometro de donde se concentran los GH, el chico amablemente se ofrece a llevarnos a uno barato. Finalmente nos cuenta que es guía y que nos puede organizar un trekking de varios días para ver orangutanes. Estábamos en lo cierto, aún así le escuchamos para comparar con otros guías.

Dudamos si hacer un trekking de dos días, pero al final decidimos hacer  un solo día y probar suerte en nuestro avistamiento de orangutanes.

Allí conocemos a un simpático local que nos explica que el antes vivía en Borneo y era guía en otra zona de orangutanes, pero que el gobierno vendió todos los terrenos para la tala y plantar palmeras para la lucrativa industria del aceite de palma y los biocombustibles.
Ahora se dedica a coger cobras que se meten en los jardines de las casas y nos enseña una cicatriz de una  mordedura de cobra que casi le cuesta la vida. También nos comenta lo difícil que ver  orangutanes salvajes y los pocos que hay es casi imposibles verlos.
Tras nuestra conversación nos quedamos algo decepcionados y pensamos que tan solo podemos ver los orangutanes en estado semisalvaje en el comedero y que este será una especie de zoo.

A las ocho de la mañana comenzamos nuestro trekking y nuestro guía decide llevarnos primero al comedero para que veamos los orangutanes y después continuar el trekking por la selva.
Tras una subida de unos quince minutos por la selva se llega al comedero, este está situado en lo alto de un árbol en mitad de la selva donde dos guardas llaman a los orangutanes golpeando con una piedra la madera que les sirve de suelo, para darles de comer.

Somos solo unas siete personas y desde luego afortunadamente no es lo que imaginábamos. Los arboles de nuestro alrededor se mueven y entre las ramas cercanas vemos aparecer el primer orangután con su cría. Verlos moviéndose a través de la copa de los árboles es impresionante. Una tremenda mole roja, moviéndose con la misma destreza como uno camina, de rama en rama.
Nos llama la atención sus largos brazos y piernas y su largo pelo rojizo. Sus movimientos son lentos y armoniosos y se balancean de rama en rama sin tocar el suelo, se acerca hasta los guardas y estos les dan plátanos y leche. Así hasta un total de cinco. Son orangutanes salvajes pues vagan libremente por la selva y solo unas pocas hembras acuden cada día.
Duermen sobre camas hechas en los árboles con hojas, como un nido, similar a los chimpancés. Los hijos permanecen con las madres hasta los 6 años de edad, cuando ya pueden servirse por sí mismos.




Después continuamos nuestro trekking y vemos cuatro más posiblemente los mismos que habían acudido al comedero.
Todos los guías aseguran ver orangutanes haciendo un trekking por los alrededores del comedero entre las  ocho y las tres, horas en les que se les da de comer. De lo contrario sería muy difícil verlos.


En nuestro trekking vemos a la famosa Mina, una orangután ya conocida por todos por ser agresiva y atacar a turistas. Mina va con su cría y yo siento algo de miedo, los dos guías que llevamos le dan comida y la intentan tener entretenida mientras nosotros pasamos para continuar el trekking.


Después de cuatro horas llegamos a una bonita cascada donde comemos y disfrutamos del maravilloso lugar. Para finalizar bajamos el río haciendo tubbing hasta BL, algo que resulta ser muy divertido.


Al día siguiente antes de irnos a Berastagui decidimos subir de nuevo al comedero para volverlos a ver. Desde luego ha sido una experiencia muy bonita verlos desde tan cerca y a la vez en su entorno natural.

Cuando llegamos a lugares como BL, por un lado nos invade la emoción de ver animales en libertad en su hábitat natural, pero por otro una enorme tristeza al pensar que incluso en lugares como Sumatra, que hace  años todo su territorio era prácticamente selva virgen, ahora solo quedan pequeñas extensiones.
Indonesia contiene el diez por ciento de los bosques del planeta, pero después de Brasil, es el que más jungla ha perdido de todo el mundo en las últimas décadas. Las leyes son muy estrictas en lo relacionado con la protección de las selvas, pero la realidad es bien diferente dado que la normativa se incumple constantemente, y por lo general, con el beneplácito de las autoridades.

La masa forestal se está reduciendo dramáticamente, debido a la tala ilegal y a la creación de plantaciones para palma de aceite. El primer caso se da por parte de campesinos que poseen pequeños o medianos terrenos y deciden eliminar la jungla para plantar otro tipo de árbol, el “rubber tree”, que da goma y se vende a muy bien precio, sobre todo a Estados Unidos. Así, Greenpeace calcula que el 50 por ciento de los 150 millones de hectares de bosque indonesio ya han desaparecido. Un récord escalofriante.
La deforestación masiva ha provocado cambios en el ecosistema que desembocan en inundaciones y desprendimientos sobre tierras antes fértiles que ahora se lleva el agua por delante.
Si se sigue perdiendo superficie forestal la extinción del orangután será segura.

Nos gustaría volver dentro de unos años y ver que nada ha cambiado, que la selva sigue perteneciendo a esta y otras maravillosas criaturas salvajes y que el humano en su afán lucrativo no ha destrozado más lugares únicos en el mundo como este.






1 comentario:

  1. Yo vi un reportaje donde salian los
    orangutanes que publicais vosotros,
    son impresionantes y agresivos.
    Un abrazo. Bel.

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