12 de septiembre de 2011

Kuala Lumpur

Nuestro intento de llegar a Kuala Lumpur a tiempo para poder ir a la embajada de Indonesia esa misma mañana se vé frustrado.
El bus de Malaka nos deja en una estación intermodal de unas dimensiones descomunales, que nos recuerda la T4 de Barajas, allí tomamos un bus directo a Chinatown y después de buscar en varios GH acabamos en el más barato de la ciudad.
Dejamos las mochilas y nos dirigimos andando a la embajada de Indonesia para tramitar el visado.
Llegamos media hora después de la hora de cierre de la ventanilla de recogida de solicitudes, así que nos tocará volver a caminar los cinco kilómetros al día siguiente. Estamos agotados, el calor y la contaminación de esta ciudad son altos pero no tanto para lo cansados que nos encontramos.

Kuala Lumpur es una ciudad sucia y desordenada donde las calles no siguen una dirección lógica, el centro es apiñado y caótico y el cielo tiene un constante color gris plomizo que asfixia. Quizás después de venir de Singapur todo nos parece sucio y desordenado, pero Kuala Lumpur no es lo que esperábamos. 

Muertos de calor, decidimos ir a ver las famosas Torres  Petronas. Si hay un símbolo en Kuala Lumpur, éste son las Torres Petronas; una enorme obra de ingeniería terminada en 1.998, año en el que fueron los edificios más altos del mundo hasta el 2003. Ahora son el quinto edificio más alto, pero siguen siendo las Torres Gemelas más altas del mundo.


Tienen una altura de 452 metros y 88 pisos en cada torre; fueron construidas para albergar la central de la compañía de gas y petróleo de Malasia (Petronas), pero lo que hace de las Petronas algo especial, es el puente que las une en la planta 41, a 170 metros de altura; a parte de un toque distintivo el puente sirve de vía de escape en caso de emergencia en una de las torres.


Las dos torres se elevan como dos grandes agujas que apuntan hacia el cielo y la vista casi no nos alcanza para ver donde acaban. Realmente son impresionantes y quedamos gratamente sorprendidos por su belleza, diseño y altura. Un enorme parque con un estanque y fuentes se sitúa delante de  las torres  desde donde se pueden admirar su altura y bajo ellas un enorme y lujoso centro comercial donde se concentran las mejores marcas de ropa, joyas, zapatos, relojes. 


Poco a poco anochece y las Torres van ganando vistosidad, primero la parte más alta y después la parte inferior se va iluminando dando una bonita imagen que se ve casi desde toda la ciudad.


Otro lugar bonito de la ciudad es la Plaza Merkada, donde se halla la bandera más grande del país y se tiene una bonita vista de los edificios del gobierno, (inspirados arquitectónicamente en Oriente Medio). Aquí vemos como  miles de jóvenes están preparando una enorme coreografía para la ceremonia  del día de la Independencia.


Al día siguiente vuelta a la embajada de Indonesia, esta vez con más suerte y tras una sudada de campeonato, por fin conseguimos que  nos cojan los pasaportes para tramitar nuestras visas de dos meses (170 MYR). En un día tramitan el visado pero al caer fin de semana hasta el lunes por la tarde no podremos recogerlos. Un dato a tener en cuenta es que a la embajada debes ir con pantalón largo, zapato cerrado y manga larga o no entras.

Lo más interesante de Kuala Lumpur es pasear por Chinatown y Little india donde los olores, los colores, las tradiciones y las nacionalidades se mezclan como en la paleta de un pintor. Por un lado los templos chinos con su orden, sus enormes espirales de incienso y sus farolillos que lo invaden todo y por otro los templos hindús con su ajetreo constante, su música, sus extraños rituales, su religiosidad, sus coloridos dioses, las flores, el incienso, las mujeres con sus saris, los hombres con sus sarians, una pequeña representación de la India en un país profundamente musulmán. Tenemos que reconocer que tenemos debilidad por todo lo que nos hace recordar a la India, sentimos que una parte de nosotros quedó allí para siempre.


Por la tarde las calles de Chinatown se llenan de gente y los puestos callejeros de comida, ropa y moviles aparecen como setas. Es sábado y nos enteramos que en el Central Market se va a celebrar una fiesta china con actuaciones, fuegos artificiales, así que para allá que vamos, hasta el primer ministro de Malasia va a acudir. Rápidamente nos ve la televisión de Malasia y nos hace una entrevista en ingles para saber si nos gusta Malasia.
Nada más terminar una chica de la organización se nos acerca para que rellenemos una encuesta con la que nos dan una bolsita gratis con un farolillo chino con una vela, un dulce típico, unos cacahuetes, una bolsa de frutos secos chinos malísimos y una botella de agua, así que quedamos encantados.

En Malasia o te mueres de calor o te mueres de frio, cuando entras a cualquier establecimiento, parece que entres en una cámara frigorífica, al principio se agradece pero tras unos minutos acabas tiritando. Como en nuestro guesthouse no tenemos internet vamos a McDonal´s que tiene wi-fi gratis y aquí pasamos varias horas congelándonos pero con conexión.

El domingo acudimos a la Batu Cave, un templo hindú a quince kilómetros de KL con una enorme estatua dorada de la diosa Murga. Unas enormes escalinatas llenas de monos suben por el gran peñasco de limestone hasta la entrada de la cueva. Antonio tiene una pájara enorme y se niego a subirlas, así que me espera echándose la siesta en el interior de un templo.
Por fin es lunes y podemos recoger nuestros pasaportes con el visado para ir a Indonesia, antes de esto nos da tiempo a pasarnos por la mezquita más importante de Kuala Lumpur. Es una mezquita moderna y enorme. En la entrada indica las normas de cómo se debe ir vestido para entrar y aunque yo voy de largo y con manga larga llevo unas mayas ceñidas que no gustan al vigilante, así que me hace poner una túnica larga con capucha con la que parezco un nazareno. Mi sorpresa es cuando miro a Antonio y veo que le han endosado una túnica lila igual a la mía, en su caso es porque lleva un pantalón que no le cubre los tobillos. Cuando entramos vemos que muchos turistas visten la misma túnica por lo que parecemos salidos de una procesión de Semana Santa. Cuando llegamos a la zona de rezo un chico nos indica que tienen folletos informativos sobre el islam y que podemos coger los que queramos, unos explican el significado de la poligamia, otros la jihad, el significado de Alha y otros aspectos importantes del islam, al leer los folletos quedamos alucinados sobre la información que ofrecen y de cómo justifican la poligamia y la jihad. 


Malasia parece un país abierto y multicultural pero nos da la sensación que el gobierno quiere islamizar el país y las minorías india y china cada vez lo tiene más dificil.



El último día nos tenemos que levantar a las tres de la madrugada para coger un autobús que nos lleve al aeropuerto de KL para coger el vuelo hacia Medan en Sumatra (Indonesia). Nos quedamos bastante sorprendidos cuando salimos del GH y vemos que las calles están con gente, hay varios restaurantes abiertos durante las 24 horas y un montón de gente durmiendo en el suelo de las aceras, donde las ratas campan a sus anchas.

2 comentarios:

  1. Pareceis el fantasma de la opera,¿quien os
    engaño para disfrazaros de esa manera?.
    Bueno el color os faborece bastante,
    Lo importante es que lo pasarais bien.
    Un abrazo. M M.

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  2. Pues menos mal que vuestro paso por ese sitio
    fue como casi todos por los que pasais,cortito
    por sus creencias y formas culturales,son
    un poco molesto.

    M .M.

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